Génesis 8:20-9:1-7

Génesis 8:20-9:1-7

"Entonces Noé construyó un altar al Señor y tomó de los animales puros y de cada ave limpia y los ofreció completamente como un sacrificio en el altar.

Y el Señor percibió el aroma agradable, y dijo en su corazón: Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud; nunca más volveré a destruir todo ser viviente como lo he hecho.

Mientras la tierra permanezca, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.

Dios bendijo a Noé y a sus hijos, con estas palabras: 

Tengan muchos hijos y llenen la tierra. Todos los animales del planeta sentirán temor y miedo ante ustedes: las aves, las bestias salvajes, los animales que se arrastran por el suelo, y los peces del mar. Todos estarán bajo su dominio.

Todo lo que se mueve y tiene vida les servirá como alimento: todo se los doy, así como les dí la hierba verde. Pero no comerán carne junto con su vida, es decir, con su sangre. 

Porque verdaderamente yo demandaré la sangre de sus vidas; de mano de todo animal y de mano del hombre la voy a demandar, de mano del varón su hermano demandaré la vida de otro ser humano.

El que derrame sangre de una persona, por otra persona su sangre será derramada; porque todo ser humano ha sido creado a imagen de Dios. 

En cuanto a ustedes, sean fructíferos y multiplíquense; tengan muchos hijos y llenen la tierra."

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